Reflexiones sobre desigualdad. Publicación 1
El uso del espacio público.
Cuando era pequeña, en el colegio, lo que más ansiaba era salir al patio a jugar durante el recreo. Esos 30 minutos eran el momento del día en que podíamos jugar y gritar con otros niños y niñas que iban a diferentes clases pero con los que teníamos amistad. Ese momento era nuestro. El patio era el espacio donde compartíamos y socializábamos, aunque no éramos conscientes de ello.
Sin embargo, ese patio no era de todos, no era un espacio pensado
para todos. El patio se componía básicamente de dos pistas de baloncesto y una
pista para jugar al fútbol. Por tanto, ese espacio estaba destinado a los niños
que eran los que mayoritariamente jugaban a esos deportes, mientras que las
niñas nos distribuíamos por los demás espacios para jugar. Los niños, desde
pequeños, aprenden a jugar con balones, al aire libre, mientras que a las niñas
se les relega a jugar con muñecas, en casa.
Esa ocupación del patio que entonces veía normal, ahora la
veo como una gran desigualdad. Extrapolando el patio del colegio a la calle o
las plazas de una ciudad o pueblo, los espacios públicos no son para las
mujeres. Y esta idea la hemos normalizado debido a los roles de género
aprendidos.
Hace poco escuché en la radio a un expolítico, Jose María
Lasalle, que exponía cómo sus hijas escribieron una carta a la directora de su
colegio para informarle de la injusticia que vivían a diario cuando salían al
patio. Porque, parece ser, poco ha cambiado este tema. Porque el patio sigue
siendo para ellos y lo ocupan de forma natural.
En 2021, leí una reflexión en el periódico precisamente
sobre el derecho a los espacios públicos, https://www.eldiario.es/opinion/zona-critica/derecho-mujeres-espacios-publicos_129_7339724.html,
como un derecho de la ciudadanía y las dificultades que viven y sufren las mujeres cuando ocupan
ese espacio.
Claramente este diferente uso del espacio público que
hacemos los hombres y las mujeres está relacionado con la socialización diferencial
que ha determinado los roles que nos corresponde a cada uno desde pequeños. Básicamente
el espacio público corresponde a los hombres a quienes se asocia con la vida
social pública y la política mientras que es espacio privado se reserva a las
mujeres, asociadas con la vida privada y los cuidados.
Por este motivo es imprescindible romper los roles de género
educando en la igualdad desde pequeños. Pero además es imprescindible que las
mujeres ocupemos el espacio público que también es nuestro y transformar así el
sentido negativo de mujer pública.
Otro tema es el problema del urbanismo y la forma en que
están pensadas las ciudades y esos espacios públicos… pero, como digo, ese es
otro tema.
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